viernes, 29 de octubre de 2010

Otro día más

8:00 a.m. El despertador vuelve a hacer su trabajo matutino. Bajo el edredón siento un cierto regustillo. Se está calentito, cómodo, seguro... Si no fuera por aquellos pequeños y luminosos rayos de sol que se cuelan por la persiana diría que podría continuar invernando en mi querida cama. Hay que regresar a la rutina.
Paulatinamente me levanto hasta apoyar los pies en el suelo y exhalar un ligero suspiro. Mis ojos quieren ver más allá de los parpados, pero la pereza se lo impiden. Tanteando por la habitación para encontrar la puerta me tropiezo con algo que entorpece mi camino.

``Bah, luego lo cogeré.´´ pienso sin más dilación.

Continúo con la dificil tarea de llegar al baño y apuntar con la pasta al cepillo. Aunque no lo parezca, a esas horas de la  mañana es una misión bastante complicada de cumplir, y más aún cuando tus pupilas no se han acostumbrado a la luz.
Minutos más tarde regreso a mi cuarto, ya percibiendo todo lo que hay a mi alrededor. Recojo cada una de las prendas desprendidas por la habitación, colocándolas cada una en su lugar, subo las persianas ante el continuo interés del sol por colarse en mi cuarto y finalmente recojo a mi marido del suelo para recostarlo sobre la cama.

``Otro día más en mi vida, sin ningún cambio.´´

Con un gran resoplido, me asomo a la ventana mientras escucho la radio:

Oh Me haces tan feliz, sé que eres mía,
estabas destinada a mí lo supe desde el primer día,
abrázame, comparte mi alegría.
Así comenzó el cuento de hadas,
ramos de flores, bombones, paseos y dulces miradas,
lo que opinen los demás no vale nada,
un hombre bueno mantiene a una mujer enamorada,
Los días pasan como en una fábula,
vestidos de novia, lista de boda, planes, nueva casa,
ella es la reina, ella es el ama,
ella le ama, ella le aguanta...

- Quizás no deberías beber tanto...
- ¿Me estas llamando borracho?
- No, no, claro
- Pues cállate mujer ¿eh?,
que yo sé bien lo que hago,
anda sube al coche y borra esa cara de inmediato.
- Claro...
 Ella y él se casan,
el tiempo pasa, una llamada...
- Mamá, ¡estoy embarazada!
No hay mayor motivo para ser feliz que un niño,
él lo celebra saliendo con sus amigos.

- Dónde has estado? Me tenias muy preocupada
- No empieces...
- Porque no coges mis llamadas?
- No empieces!
- Es que siempre me dejas sola en casa
y vuelves a las tantas, además,
hueles a colonia barata?
- ¡Calla!

El primer golpe fue el peor,
no tanto por el dolor como por el shock de la situación,
esa noche él duerme en el sofá, ella no duerme nada,
sueños rotos, lagrimas en la almohada...

Aquellos rayos de sol que intentaban penetrar por mi persiana para desembocar en mi habitación lo habían conseguido, felices por ello. Pero todo esto finaliza cuando grandes y poderosas nubes pelean por su puesto en el cielo y quitarle todo cuanto posee el sol. La gran estrella intenta combatirlas de alguna manera, búscando y protegiendo su sitio en este mundo. Aunque finalmente, aquellas invasoras consiguen lo que se proponían.

Agacho la cabeza sin poder dirigir la mirada hacia la cama. Poco a poco una lágrima comienza a brotar de mis ojos, recorriendo mi morada mejilla.

``Y digo yo... ¿Volverá algún día aquella gran estrella a brillar sin tener que pelear con las poderosas nubes?´´

2 comentarios:

  1. OMG... Pobrecita! Pasar por eso debe de ser un infierno T_T... Quiero decir, ¿donde te refugias cuando la persona que mas quieres solo quiere hacerte daño? Está claro que hay que ser muy fuerte para salir de ahí. Buen tema y bien contado, Anu =)

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